miércoles, 13 de abril de 2011

Renovando a Freud



UNA persona reposando sobre un diván, el psicoterapeuta tras ella escuchando e intentando saber cuál es el mal del paciente. Esta imagen, tan relacionada con la figura de Sigmund Freud y su psicoanálisis, ha cambiado. Otras corrientes, otras especialidades que abarcan más que el análisis puramente psicológico del ser humano también encuentran lugar en la realidad actual. Entre esas corrientes se encuentra la Psicoterapia Somática en Biosíntesis, que trabaja "todo el pensamiento, la emoción, el movimiento, la parte energética y espiritual" del ser humano.
En estos momentos, precisamente, el Instituto de Psicología Integral Baraka, que se encuentra en la calle San Juan de Donostia, acoge un máster de especialización para aquellos que desean profundizar en esta corriente. El posgrado, que se imparte en 35 países del mundo, tiene una periodicidad de tres años, 1.000 horas repartidas en ocho fines de semana al año. Los alumnos, con perfil de psiquiatras, psicólogos, médicos, psicoterapeutas y profesores, entre otros grupos afines, trabajarán en distintos talleres, donde se mezclará tanto la teoría como la práctica, y donde cada uno será tanto paciente como terapeuta.
Para la primera sesión, que se lleva a cabo a lo largo de este fin de semana, el máster ha contado con la participación de María del María Cegarra, psicóloga clínica, psicoterapeuta somática en biosíntesis y codirectora del Centro Portugués de Biosíntesis. Cegarra explicó que en su experiencia personal como psicóloga clínica había visto diferentes técnicas, "algunas muy buenas para el cuerpo, otras muy buenas
para lo espiritual, otras sólo para lo patológico, y otras sólo para lo verbal"; pero que sólo mediante la biosíntesis ha conseguido "integrar todo ese conocimiento y dar a cada persona lo que necesita".
No en vano, una de las particularidades de esta corriente es que ofrece una respuesta concreta a los problemas de cada paciente, puesto que cada terapia "es única, personalizable y para cada persona será diferente". "Lo que para una persona es bueno -continuó- para otra es veneno". Asimismo, apuntó que cada sesión es distinta para cada uno y que ésta comienza con una conversación y llega un momento en el que aparece "algo en lo que se puede profundizar, por ejemplo, a través del cuerpo". El toque terapéutico, un masaje e, incluso, la danza, entre otras, puede ser empleada como medida terapéutica.

OTRO FACTOR A ESTUDIAR

La espiritualidad
La biosíntesis también tiene en cuenta la "espiritualidad verdadera", entendida como aquella que no tiene que estar ligada "ni a Tao, ni a Buda, ni a Jesucristo". Aun así, los credos también ayudan. "El ser que es también espiritual, aparte de psicológico, es un ser que está en una armonía mucho mayor con todo lo que le rodea, desde el cielo a la Tierra, a los elementos, a las personas, a la Humanidad, al cosmos. Y si en ello ayuda Jesucristo, Buda o Alá, pues perfecto", aseguró Cegarra, al tiempo que añadió que "todo credo es respetado", aunque en la propia biosíntesis no contempla ninguno.
Para esta corriente, la espiritualidad se logra en la "madurez" del ser humano, cuando éste quiere "conectarse con algo superior" y lograr una "conciencia más alargada, más del aquí y el ahora, ver el mundo de otra forma más global, conectar mucho más con la Naturaleza". La espiritualidad en biosíntesis -también llamada bioespiritualidad- es una "base sólida de sentirse integrado en todo lo que nos rodea".

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