domingo, 7 de junio de 2015

SE PUEDE RESPIRAR LIBERTAD II



Por José Angulo                                                                                                   
Psicólogo clínico
Psicoterapeuta en Biogestalt y dinámica grupal
Actualmente en proceso de formación como Psicoterapeuta Somático en Biosíntesis




el poder de la INTENCION está antes que el de la confianza

Me supone todo un desafío transmitiros de la forma más clara y concisa posible en unas pocas líneas lo que significa e implica seguramente la clave más fundamental, a mi modo de ver, para conducirse con la mayor libertad posible…pero bien, vamos a los granos de los granos:

En primer lugar, intención y conciencia van dadas de la mano, la intención le pone dirección a la conciencia, cuanto más clara la conciencia, tanto mejor definido el foco donde queremos colocar ésta, es de aquí que surge la intención, y ésta a su vez imprime de fuerza a nuestros actos conscientes y dirigidos. Es lo que tradicionalmente se ha llamado, la fuerza de voluntad.



Llegados aquí, ya hago una primera distinción con la fuerza de voluntad: la intención cuanto más consciente y por tanto pura, menos requiere de esfuerzo voluntario. Este, la mayoría de las veces, exceso de voluntarismo, está preñado de una de las concepciones a mi entender más equivocadas y dañinas que provienen de lo más hondo de nuestras raíces culturales: que todos los logros y más cuanto más importantes, son imposibles de alcanzar si en el camino no se suda, llora y sangra…quien más, quien menos, nos encontramos impregnados de esta visión del mundo, y ello también es revelador del desconocimiento que sufrimos acerca de cómo realmente funciona el mundo, y más en concreto de cuando ponemos intención en algo…

Desde dicha concepción, las más de las veces, la intención acaba identificándose con deseo, anhelo, inquietud, y la frontera que delimita estos sentimientos con la desesperación y todo lo que supone dependencias y apegos, es peligrosamente tenue, nada más lejos de respirar aires de libertad, verdad?. 

Ni siquiera cuando se plantea como un acto de confianza o de fe, estamos haciendo justicia a lo que verdaderamente implica la intención, aquí aún de manera sutil, sustentamos la intención en una base en la que necesitamos creernos que podemos…que podemos tener derecho a elegir y lograr (lo que quiera que sea). No os parece que esto tiene un tufillo de fondo a miedo y a duda?...Por supuesto, aplicad si queréis lo dicho hasta ahora a algo que haya ocurrido o esté ocurriendo en vuestras vidas y sacad vuestras propias conclusiones…Os invito también a visionar los que no lo hayáis hecho, o los que sí una vez más, el vídeo que colgué para el anuncio de este artículo

Entonces, en qué consiste en esencia la INTENCION?: 

En primer lugar, y cuando surge un deseo, si éste no cuaja en una acción concreta, se queda en el mero componente fantasioso del deseo, por ilusionante y entusiasmante que éste sea, acaba muriendo infértil, muchas de las veces de manera frustrante, si no le acompaña el empuje de la intención.

Entonces, tenemos el deseo que ha de tener continuidad en una acción concreta (comportamental o mental), y además con determinación, no en un sentido emocionalmente hablando, arrojado, valiente, impulsivo, contrafóbico diría yo, porque de esta manera nos volvemos a meter en el terreno de la “falsa confianza” a la que antes aludía. Luego, cual es la actitud que se ha de tratar de mantener en una intención que queramos que sea lo más pura posible?; la IMPECABILIDAD, esta impecabilidad se traduce en unas acciones realizadas con una determinación que sólo pueden provenir del CONOCIMIENTO, un conocimiento fehaciente, de mente y cuerpo,  acerca de cómo funcionan digamos, ciertas leyes del universo, dicho conocimiento nos evita perdernos y confundirnos en la parte de nuestra emocionalidad negativa, la que en esencia tiene que ver con toda la serie de apegos y aversiones que nos caracterizan. E intentar conducirse así, para nada significa, caminar por la vida sin pasión alguna, yo diría más bien todo lo contrario, y aquí me permito el lujo de personalizar: los que elegimos este camino, lo hacemos con la motivación de la auténtica pasión de QUERER SABER Y CONOCER LA VERDAD…y esto, aún llevado con cuidado, nada tiene que ver con la frialdad o la emocionalidad plana. No se me pasa ni por asomo hablaros sobre mi visión acerca de esas leyes universales en un artículo, haría falta todo un libro como poco, cosa a lo cual me acabo animando…jaja



Pero para detallar algo más, lo que sí haré será tomar como referencia un ejemplo cercano para mi en estos momentos, el concepto de campo de intención de la Biosíntesis. Para entendernos de forma resumida, cuando piensas enfocadamente, es decir, con atención y conciencia y sin emocionalidad perturbadora, en conseguir un cierto objetivo, es más que probable que éste no se quede sólo en la intención mental, sino que de alguna manera más o menos precisa se materialice…toma ya!, pues así es, los que conozcáis la ley de la atracción y hayáis comprobado algo en este sentido, estamos haciendo alusión exactamente a lo mismo. 

En un contexto terapéutico resulta extraordinariamente útil, cultivar la intención de determinadas maneras, en función del tipo de persona a la que estamos ayudando, la manera en que pensamos y respiramos cuando estamos junto a ella, le hablamos, la miramos, la tocamos…todo ello hecho con la mayor y mejor intención posible, os aseguro que acaba moviendo/movilizando a la persona en la dirección deseada, pero cómo, cómo, cómo…?, quizá os estéis preguntando aún algunos.

Os vuelvo a animar a echar un vistazo a las antiguas y sabias tradiciones: los budistas hablan de fe convencida (basada en el conocimiento profundo y experimentado), en el chamanismo se habla de la impecabilidad misma…y entre las “nuevas” que se refieren también a lo mismo, como no, la física cuántica y sobre todo el principio de la construcción/creación de la realidad: en lo que nos concierne, podemos decir muy básicamente que cuando ponemos intención en algo, literalmente lo creamos, no necesariamente a un nivel físico, pero con una intención mantenida en el tiempo, es más que seguro que se manifieste en el plano físico de algún modo.


Os comparto para terminar, una reflexión que particularmente la siento de enorme belleza: los físicos, como ya sabréis, han descubierto que al observar el comportamiento de las partículas subatómicas que componen cualquier materia, éste era aparentemente aleatorio hasta que se dieron cuenta de que dependía de la actitud del observador mismo!...pues bien, pongamos por ejemplo un electrón, asimismo se sabe que si lo agrandáramos al tamaño por ejemplo de un edificio, hallaríamos espacio en su inmensa mayoría, puro espacio en continuo movimiento, y tanto espacio a ese nivel infinitesimal qué puede estar significando? Me pregunto, y me contesto apasionadamente; espacio justamente para crear la/mi realidad, tal como si de un infinito y fértil campo se tratara, con el arado de mi intención siembro entonces las semillas de la energía de mis pensamientos, de mis elecciones, para que fecunden y germinen en los frutos que yo siempre quise tener…frutos con sabor a LIBERTAD
 

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