domingo, 5 de julio de 2015

Benditas Diferencias


Por José Angulo                                                                                                   
Psicólogo clínico
Psicoterapeuta en Biogestalt y dinámica grupal
Actualmente en proceso de formación como Psicoterapeuta Somático en Biosíntesis




         En algún momento del ENCUENTRO entre un hombre y una mujer, siempre, infaliblemente, se produce el desencuentro. Lo paradójico es que suele suceder que aquello que nos atrajo en un principio, ahora es motivo, incluso de repulsa o cuando menos, de decepción. Puede que recurra a estereotipos, pero los estereotipos siempre encierran una verdad de fondo;
         Ella se dice a sí misma: parecía un hombre muy fuerte, pero míralo ahí asustado y dependiente de mí, pero si sólo es un niño!...o...Dios!, parecía tan cuidadoso y tierno, pero siento que sólo es una fachada, no parezca que tenga sentimientos, sólo me quiere para el sexo!...
         Y él se dice: parecía tan ardiente y llena de deseo y mírala ahora, siempre está cansada o enferma, no quiere nada conmigo!...o...tan cariñosa que parecía, y ahora sólo hace que protestar por todo, no me deja en paz ni por un momento!... 



  • Lo primerísimo y haciendo alusiones al artículo “Intimidad y Sexualidad I” del pasado Febrero, es por más que lo sepamos caemos una y otra vez en la pesada trampa de las expectativas que colocamos en el otro, expectativas que de algún modo tienen que ver con la búsqueda de la plenitud propia en la otra persona, hecho que en sí mismo incluso resulta hermoso, si no fuera porque tenemos tendencia a hacerlo de forma desmedida y porque también la actitud con la que se hace suele ser pasiva e irresponsable...esperamos en el fondo que ella o él resulte ser la salvadora/salvador de lo que experimentamos como carencias o vacíos, fruto de esa falta de plenitud...en vez de contemplar al otro como el compañero/a en esa búsqueda y estar agradecidos tan sólo por eso, la búsqueda propia y particular de cada uno que por supuesto puede no coincidir con la del otro... 
  •  Asimismo, nos olvidamos a menudo que la otra persona siente y padece como yo, que busca en última instancia la felicidad igual que yo, y todo en realidad, incluyendo lo que nos disgusta de su “forma de ser”, lo hace desde esa motivación.
  • Además habría que volver a mencionar aquí el trascendente principio de la COCREACION, nunca insistiremos lo suficiente sobre ello, es decir, lo clarificador que resulta manejar estos desencuentros cuando estamos conscientes de que todo lo que está expresando o mostrando el otro, todo lo que le pasa, de alguna manera y medida tiene que ver directamente con todo lo que yo pienso, siento y hago respecto de la otra persona...y es así que vamos construyendo nuestra realidad cuando estamos en relación, indisolublemente unidos.
  •  Qué es entonces lo que nos puede ACERCAR aquí?, qué es lo que se puede hacer?...En lo concreto, cada uno ha de ir encontrando sus propias respuestas y maneras, aunque yo diría que en ese caminar, el norte que a tod@s nos ha de guiar, sería mantener la siguiente máxima como algo de significado verdaderamente sagrado:
  • haz todo lo posible (y casi lo imposible) por PERMITIRTE SER TU...y todo lo posible igualmente por DEJAR AL OTRO SER COMO QUIERA SER... Personalmente cada día que pasa de mi vida, estoy más convencido del tremendo valor de crear ese espacio de libertad y respeto profundos, quien me conoce sabe que no soy muy amigo de “dictar sentencias”, pero descubro una y otra vez que es la única fórmula infalible, si es que ésta existe, para no sólo poder mantener una relación sino también continuar creciendo en y a través de ella, es desde aquí también que uno puede ir cogiendo sabores al menos de esa sensación de plenitud gracias al otro que mencionaba antes. Y de la misma forma, es desde aquí que se puede observar  erenamente si hay imposibilidad de continuar en relación para poder partir o dejar partir en libertad y con todo el amor posible.



 

       Y vamos ahora a esas diferencias aparentemente irreconciliables, las abordaré desde el punto de vista que particularmente para mi tiene un carácter sagrado, universal y más profundo, desde un punto de vista energético, lo que en esencia caracteriza a las energías masculina y femenina, más allá incluso de la condición y orientación sexual, es decir, esto que expongo es igualmente válido para parejas homosexuales y mujeres que interiormente se sienten muy masculinas y hombres que aún sintiéndose hombres, notan que el principio de lo femenino rige mayoritariamente sus vidas:
  • Así que si nos atenemos a los 5 elementos que son el principio creador y del que se compone toda la materia viva, todo lo masculino tiende claramente a irse hacia arriba, hacia el aire (el mundo de las ideas, la racionalidad, las direcciones que hay que tomar...) y a estar también en el fuego (la energía agresiva y destructora al tiempo que protectora y preservadora de la especie, lo que hay que digerir, lo que hay que regenerar). Lo femenino por su parte tiende más a estar en el agua (la fluidez, creatividad, compasión, amorosidad, estar como en casa...) y la tierra (conectada, estable, fuerte, arraigada). No voy a entrar aquí en detalle, no dispongo del espacio suficiente, pero animo al que está leyendo esto a que observe y reflexione acerca de lo que la conjunción de estas energías puede lograr y de hecho logra...no os parece que una vez más por concederlo como obvio o ni siquiera contemplarlo, no nos detenemos a mirar lo increíblemente preciosa además de sanadora que es esta conjunción, yo diría danza fusionada de energías?...y se manifiesta hasta en los más mínimos detalles de una relación o convivencia...observarlo por favor, de hecho y de nuevo, cuando se pone CONCIENCIA, podemos ver aquí en acción a esa necesaria complementariedad de la que tanto se ha dicho en el mundo de la pareja, surgiendo natural y espontáneamente.
  • Siguiendo este hilo argumental, una de las cuestiones en las que ha habido desde siempre fricciones por antonomasia, es el sexo, si el masculino se conforma con seguir experimentando su fuerte necesidad de satisfacción sexual como algo simplemente normal o peor aún inevitable y deseable, no sólo se alejará del femenino, en el “mejor” de los casos irá saltando de mujer en mujer y probando muy diversas sensaciones placenteras, pero sin terminar de conectar a través del encuentro sexual con la plenitud que  surge cuando se da una comunión entre las 2 energías tanto de sexo como de corazón, entonces a la media o la larga, de lo que acabará alejándose en realidad es de sí mismo, de la bendita posibilidad de conectar a un nivel muy profundo consigo mismo a través del encuentro sexual con lo femenino. A mi modo de ver, esto es básicamente lo que nos ocurre a los hombres que nos sentimos muy masculinos, en esos momentos que padecemos de soledad y desarraigo o falta de sentido...por su parte, si el femenino se atrinchera en una postura de no complicarse la vida en lo que al sexo se refiere, o  prefiere mantener una relación de utilitarismo con su sexualidad cuando está en  relación o lo que es peor, hace lo que sea por negarla, estará corriendo la misma suerte que el masculino cuando se va hacia su polo, se estará perdiendo a sí misma, es cuando las mujeres que se sienten muy mujeres se quejan de desamor y maltrato, y que en el fondo también acaban sintiéndose faltas de...
  • Luego, todo ello nos conduce no sólo a la aceptación y comprensión de estas diferencias, soy de los que cree que también hay que hacer algo con ello porque soy de los que no creo en la resignación y menos ante un hecho innegable que es: si se puede juntos, mucho mejor...además y redundando en las benditas diferencias, creo que el masculino puede por lo general poner al servicio de la relación, su PRESENCIA y CONCIENCIA, para de esa manera contribuir en gran medida a dar direccionalidad a la relación, los hombres con energía masculina tenemos metida entre ceja y ceja, a veces en forma de obsesión, otras más serenamente, la sensación muy profunda e intensa  de que tenemos una misión de vida que cumplir, unos las llevan a un plano más material, otros digamos a uno más espiritual, en cualquier caso estamos frente a la pieza de caza a la que de alguna manera hay que abatir, como en el albor de los tiempos, esa capacidad de foco que tenemos los cazadores, aporta a la relación esa direccionalidad mencionada antes que le brinda a su vez un poderoso soporte y sensación de seguridad...pero sin la comunión con la energía femenina, os aseguro como hombre que no es lo mismo en absoluto, tenemos que redoblar mucho los esfuerzos para ir en busca en suma de LA VERDAD que nos LIBERA porque nos falta un precioso impulso,  lo que nos da más vida, aunque muchas veces nos cueste reconocerlo, y esto en sentido literal, porque el femenino es LA VIDA, LA ENERGÍA por definición, ELLAS SON LAS MADRES DEL UNIVERSO. De la misma manera, muchas mujeres expresan con gran anhelo su necesidad de fusionarse, dando así su enorme capacidad de AMOR, si no encuentran a un corazón realmente dispuesto a ello, podrán medrar en sus vidas, pero igualmente a costa de sobreesfuerzos, incorporando energía masculina de encuentros ocasionales y de su propia capacidad masculina, aunque se sientan muy femeninas, lo que les conducirá al menos en ocasiones a sentirse en cierto modo marchitas y con una profunda tristeza, salvable gracias a la posibilidad de la maternidad, pero sólo hasta cierto punto...
  • NUTRIRNOS DE NOSOTROS MISMOS en primer lugar, pero NUTRIENDONOS TAMBIEN EL UNO DEL OTRO, ésta es la idea central.

Admitamos que por bien, y eso es primordial, que uno pueda llegar a estar consigo mismo, el encuentro con mi energía opuesta me completa y me transforma, por tanto, también me realiza.
Yendo más a lo concreto, existen prácticas yóguicas, tántricas, meditativas que al masculino le ayudan a canalizar su potencia sexual hacia el corazón, dotando de un enorme brío nuestra capacidad amorosa (que también la tenemos), y al femenino a conectar más intensamente su corazón con su sexo, dándole una viveza, calor y capacidad de alegría y gozo a su sexualidad no experimentables de otra forma...y es en este recorrido sagrado que ambos principios nos encontramos necesariamente en el camino de en medio, enriqueciéndonos, creedme, de una manera única. Os animo amorosamente a que de alguna manera lo hagáis, lo probéis!...y los que ya estáis, que sigáis a más y a más!...
                  
                   Abrazos

JOSE ANGULO



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